Cómo convertir una queja en una posibilidad de trabajo con terapia breve centrada en soluciones:
Generalmente los consultantes (individuo, pareja o familia) tienen como tarjeta de presentación un motivo de consulta, es decir: una queja, como “me siento deprimido”, “tengo pensamientos que me hacen sufrir”, un camino seria averiguar la pauta del problema, es decir que intentos de solución se han aplicado para mantener vivo el problema, pero si decidimos que en este caso es mejor para el consultante trabajar con técnicas de terapia centrada en soluciones, no se debe ampliar el conocimiento del problema, no queremos conocer los detalles, lo que significa en su vida, que sentimientos le produce, que acciones e interacciones le trae, y tampoco las causas del problema, es decir no queremos hacer un diagnóstico o una hipótesis para iniciar las intervenciones, que muchas veces son dar consejos (buscando un cambio cognitivo) que solo nos llevan a aumentar la resistencia provocando respuestas como “si pero…”.
Pero que si se puede hacer para convertir la queja en posibilidad de trabajo?.
La primer herramienta es una adecuada dosis de sintonía y respeto por lo que está pasando el consultante y después contextualizar las preguntas y adaptarlas a su lenguaje, o sea, que necesitamos que se imagine otros escenarios a futuro, en los ejemplos antes mencionados preguntaríamos “¿cómo te sentirías si no estuvieras deprimido?”, “¿en qué pensarías si no tuvieras esos pensamientos que te hacen sufrir?”, para después pasar a conductas “¿qué harías si no estuvieras deprimido?”, “¿qué harías diferente si ya no tuvieras esos pensamientos?”, empezando a cocrear objetivos, concretos, en primera persona y en positivo. Estas preguntas tendrían que ser justo en el momento de la queja para no enfocarse en el problema y empezar a construir soluciones.
La pregunta clave es “¿qué harías en lugar de eso?”.
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